EL REGLAMENTO DE 1926 Y EL NACIMIENTO DE LA REVISTA DYNA

En 1926 volvió a modificarse el Reglamento de las Escuelas Especiales de Ingenieros Industriales.

Lo más novedoso del Plan de Estudios es la aparición de especialidades. Durante la primera etapa de la Escuela, cuando existía el Real Instituto Industrial, la carrera de Ingeniero Industrial tenía dos especialidades: Química y Mecánica. Sólo se llamaba Ingeniero Industrial al que había terminado las dos, siendo el resto Ingenieros Químicos o Ingenieros Mecánicos. En 1855 el decreto de Luxán simplificó, y los Ingenieros Químicos y los Mecánicos pasaron a llamarse simplemente, Ingenieros Industriales.

Al reabrirse la Escuela en 1901 los estudios eran comunes para todos los alumnos, y lo mismo sucedió después del plan de 1907. Fue en 1926 cuando aparecieron las especialidades, tres en concreto: Mecánica, Química y Electricidad. Bien es cierto que sólo el último año de carrera era de especialización.

El reglamento de 1926 afectaba a las tres Escuelas Especiales. Aun así, se concedía libertad a cada una de ellas para elegir ampliaciones de estudios específicas “en atención a las características especiales de cada región”.

1926 también fue un año decisivo para la prensa técnica. En ese año nació la revista DYNA (21) , publicación ejemplar que todavía hoy sigue manteniendo al día a muchos Ingenieros Industriales.

Al principio surgió como revista de la Asociación de Ingenieros Industriales de Bilbao, pero a partir de la liberación de Bilbao se convirtió en revista de ámbito nacional.

Durante la Guerra Civil el director de DYNA suspendió la tirada para que no cayera en manos del Ejército Republicano. El primer número aparecido después de esta interrupción fue el correspondiente al cuarto trimestre de 1937, y en enero de 1939 volvió a hacerse mensual.

Durante los años de posguerra la revista tuvo que reducir mucho el peso de las hojas y ajustar mucho los márgenes debido a las fuertes restricciones a que estaba sometido el papel.

La revista DYNA es de las pocas que lograron sobrevivir a la Guerra, que acabó con Madrid Científico y la Revista de Ingeniería Industrial entre otras.

Después de la Guerra, la Asociación Nacional de Ingenieros Industriales recobró fuerza y presencia, animando la actividad de todos los que trabajaban por la reconstrucción. La revista DYNA se convirtió en el canal a través del cual se comunicaban todos ellos.

La Revista de Ingeniería Industrial nació en 1930 como órgano de la Asociación Nacional de Ingenieros Industriales. Al comenzar la Guerra, la revista desapareció definitivamente.

Durante los años que existió, la Revista de Ingeniería Industrial fue un ejemplo de calidad y rigor. A diferencia de Madrid Científico, era una revista específica de los Ingenieros Industriales, y casi todos los artículos estaban firmados por ingenieros españoles, muchos de ellos, de la Escuela de Madrid.