DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL
En Octubre de 1939 comenzaron de nuevo las clases. El edificio, aunque no había recibido proyectiles, se encontraba muy deteriorado y el alumnado había cambiado. Muchos de ellos asistían a clase con los uniformes militares, muy orgullosos. En general, se notaba en todos ellos los tres años de guerra. Se habían hecho más recios, más duros.
Al acabar la Guerra volvió a ser Director don José Antonio Artigas, siendo sustituido al poco tiempo por don Manuel Soto, que ocupó el cargo desde 1940 hasta 1963.
No he podido saber cuál fue el plan de estudios al terminar la Guerra, pero lo que sí es cierto es que redujo la duración de los cursos a unos seis meses. Incluso, los profesores dieron clases durante el verano.
La primera decisión importante del nuevo régimen fue la Orden del 7 de Mayo de 1940 que reorganizaba las Escuelas de Ingenieros Industriales. Por esta Orden, las Escuelas de Madrid, Bilbao y Barcelona pasan a ser diferentes establecimientos de la común Escuela Especial de Ingenieros Industriales. Así quedaron unificados los exámenes de ingreso y de reválida (que se realizarán en Madrid), los criterios de calificación…
Los alumnos de estas tres Escuelas intercambiaban frecuentes visitas. La revista DYNA relata una de estas visitas, y termina con las siguientes palabras:
“…En la mañana del 14 de Mayo visitaron este Establecimiento y las instalaciones de enseñanza, laboratorios y talleres del mismo, así como la Escuela Industrial, la Escuela del Trabajo y Laboratorio General de Ensayos y Acondicionamiento, los alumnos del último curso del Establecimiento de la Escuela en Madrid, acompañados de los profesores D. Alberto Inclán y D. Clemente Cebrián… En la tarde del mismo día 14 asistieron a la conferencia que dio en la Escuela el profesor D. Fernando Palaudaries sobre “Las vitaminas y su obtención industrial”, y fueron obsequiados por sus compañeros del SEU en el Salón “La Rosaleda” con un té que dieron en su honor y que constituyó una soberbia fiesta que puso de relieve la compenetración y unidad de los futuros ingenieros…
La siguiente medida importante fue la unificación de las plantillas de profesores titulares y de prácticas. De esta manera se redujeron a dos las seis plantillas que existían hasta entonces. Por este Decreto también se unificaron las Direcciones de las tres Escuelas, es decir, que sólo había un Director. El elegido fue don Manuel Soto Redondo, Director de la Escuela de Madrid. Esta unión sólo duró cuatro años, hasta Julio de 1947. Desde entonces las tres Escuelas se convirtieron en “centros de enseñanza independientes”.
En 1945 apareció una normativa muy detallada referente a las materias del examen de ingreso, la forma del examen, y temas referentes a las academias preparatorias. Las academias tenían que solicitar un permiso del Ministerio para ser consideradas oficiales. Los aspirantes al ingreso se dividían en colegiados y libres. Los colegiados eran aquellos que acudían a una academia oficial, y libres, todos los demás.
La Industria en la Posguerra
Terminada la Guerra Civil, Franco piensa en la reconstrucción. Si de Primo de Rivera se dijo que era el dictador de las obras públicas, por las muchas que emprendió el Conde de Guadalhorce bajo su mandato, de Franco podría decirse que fue el gobernante de la industrialización.
En la punta de lanza de esa industrialización marchaba en INI, la obra de Juan Antonio Suanzes Fernández .
Dentro del plan industrializador del INI, desempeñaban un papel primordial los estudiantes y las Escuelas de Ingeniería Industrial.
Es curioso, pero casi con exactitud, coinciden en el tiempo la dirección de D. Manuel Soto al frente de la Escuela (1940-1963), y la de D. Juan Antonio Suanzes al frente de la industria de España, bien en el Ministerio, bien en el INI (1938-1963).
Estos dos personajes, muy diferentes entre sí, cada uno en su estilo, con sus virtudes y sus defectos, fueron dos enamorados de España y de su industria.
A menudo reclamaba Soto la presencia de Suanzes en las ceremonias de entrega de títulos, o en la inauguración de un laboratorio. Todo esto que hoy nos puede parecer parafernalia, ostentación, o simplemente actos del gobierno de Franco, eran el reflejo y la causa de uno de los mayores avances en la historia de la técnica de España.
Como es sabido, los años cuarenta fueron durísimos para toda España. El aislamiento, la falta de materias como el petróleo, la electricidad o los abonos hicieron muy difícil la situación después de la Guerra Civil. En 1946 don Juan Antonio Suanzes desempeñaba, por segunda vez, el cargo de Ministro de Industria y Comercio, así como la dirección en funciones del INI. El señor Suanzes era partidario de llevar a cabo una política económica intervencionista, que se concretó en los racionamientos de muchos productos de primera necesidad, así como materias industriales (acero, algodón…). A la vez, el INI desarrolló una estrategia industrial para aprovechar autárquicamente las escasas riquezas energéticas de nuestro territorio.
Suanzes consideraba que la industrialización de España era un asunto de máxima urgencia. Su fe en la industria superaba todo, y le llevó a enfrentarse con la mayor parte de sus compañeros de Gobierno, con el único apoyo de Franco.
Esta fe ciega en la Industria de España la trasladaba Suanzes a los estudiantes que terminaban la carrera en nuestra Escuela. Un reflejo del pensamiento de Suanzes queda recogido en el discurso pronunciado durante la entrega de títulos del curso 1945-46:
“…Me corresponde a mí, por cargo, y lo estimo como honor y satisfacción, el daros la bienvenida al iniciar vuestra vida profesional. Entráis a formar parte del engranaje económico de la nación, y de vosotros mismos ha de depender el llegar a construir pieza de mayor o menor importancia del mismo, en ocasión cuya gravedad no es preciso encarecer.
…El mundo sufre una crisis económica sin precedentes, con sus terribles secuelas de escasez, carestía e inflación. No es preciso aportar demasiados datos demostrativos: escasez de productos y elementos más característicos en los países que eran principales suministradores de los mismos; racionamientos, limitaciones e intervenciones de todas clases; dificultades de intercambios; inestabilidad y alza continua de los precios. Ni aun en los países más poderosos y ricos, los más favorecidos en todos los aspectos se ven libres de la general y grave perturbación.
…En España este problema de tipo general se encuentra caracterizado por modalidades propias, que son las que en primer término hemos de atender. España se ha fijado como norte y guía de su actuación en lo económico, la política social, el mejoramiento, la liberación económica de los sectores del país económicamente más débiles. Con firmeza, con decisión absoluta, con el más cristiano y humano sentido sigue ese áspero y difícil camino. No se trata exclusivamente de repartir y compartir la escasez o la miseria, aunque ello sea importante, sino de provocar la abundancia, de repartirla con justicia, creando el bienestar. Todos los problemas de aumento de la producción, de mejora de los rendimientos, de incremento, en definitiva, de la renta nacional, se encuentran implicados en este concepto. Nadie podrá pensar que haya de producirse un mejoramiento sensible de la vida de todos los españoles sin un esfuerzo considerable por parte de todos y cada uno, sin dolor, sin sacrificio, sin conformidad y disciplina. Yo no puedo anunciar razonablemente otra cosa, y los que impacientes o incomprensivos esperan la solución milagrera o taumatúrgica, la disposición providencial en el Boletín o la resolución rápida de todas las dificultades al amparo de una cosecha, de un período de lluvias, padecen un profundo error cuando no son víctimas de una hábil propaganda. Es el esfuerzo inteligente y continuado de cada día, de cada mes y de cada año el que ha de exigirse, el espíritu preciso de sacrificio y comprensión, el convencimiento de que el agradecimiento y bienestar del país, el porvenir de nuestros hijos dependen íntegramente de la actividad de todos y cada uno de los elementos de una generación a la que la Providencia ha puesto en ese trance.
…el proceso está a la vista. Han aumentado sensiblemente las producciones de combustibles sólidos y Kilovatios-hora. Se ha aumentado también, de manera continua, la capacidad de transporte ferroviario y marítimo, por no citar más que tres elementos característicos y fundamentales. Pues bien; a pesar de estar frenada toda la producción por la escasez agobiante de otros elementos esenciales, como el acero y el cemento, ligados al carbón, las curvas de demanda sobrepasan continua y agudamente a la de las producciones crecientes, sin que puedan apreciarse por ahora límites a la apetencia.
A mí España me da la sensación constante, de que es un cuerpo al que se le van quedando, al crecer, chicas todas las prendas de vestir y es preciso tener en cuenta siempre los peligros de cualquier crecimiento de esta índole si faltan los elementos de nutrición indispensables. Se vuelve siempre y por todos los caminos al problema del incremento e inteligente racionalización de las producciones y es en medio de él en el que vais a encontraros, señores ingenieros.
En ocasiones se lee o se oye: “Se precisa un programa, se necesita un plan”. Yo puedo aseguraros terminantemente que existen uno y otro, que están en plena marcha y que las dificultades actuales y futuras, las que han de ser normales siempre, no proceden de la falta de objetivos inmediatos ni remotos, sino de los inherentes al cumplimiento de los mismos, sin que sea conveniente multiplicarlos excesivamente para evitar la dispersión.
Todos los problemas de nuevas instalaciones, importaciones y mano de obra entran en juego. No puedo hacer una exposición detallada porque no es la ocasión; pero sí mencionar algunos datos.
Se presta atención constante y sostenida a todos los problemas de incremento y racionalización de las producciones y consumos de carbones, así como a los de importaciones.
En el año que termina se ha concedido absoluta preferencia a las importaciones de grupos y elementos eléctricos y a las obras e instalaciones en relación con los mismos, poniendo en vías de solución este importante problema.
Se desarrolla análoga política, y a tenor de las posibilidades será activamente intensificada, en cuanto a las grandes instalaciones para la producción de fertilizantes, cinco en número y en distintos grados de desenvolvimiento, cuya importancia no es preciso encarecer.
En cuanto a transportes, el programa de electrificación de ferrocarriles, bien concretado y estudiado, inicia su marcha. Las fabricaciones de camiones sufrirán un sensible incremento, y extensos programas de construcción de buques mercantes y pesqueros se desarrollan en todos los astilleros nacionales.
…Preparaos desde ahora. Buscad el inmediato contacto con el taller, la instalación y la máquina, en períodos en que todas las ignorancias están justificadas. Buscad también el íntimo contacto con el hombre, con el operario, el capataz y el maestro, a los que les es indispensable vuestra técnica depurada y vuestra dirección. Pensad que todos los problemas de rendimiento y precios de producción, tan graves en nuestro país, pueden y deben resolverse por vuestra directa acción en íntimo contacto con vuestros colaboradores subalternos. Rechazad hoy el papeleo abstracto y los atractivos y espejuelos de situaciones más cómodas. Entregaos en alma y vida a esta función de engrandecer a la Patria por vuestra inmediata acción. En otro orden de ideas, desechad prejuicios corporativos y de todas clases, rompiendo muros de incomprensión o aislamiento. El trabajo sumado de todos será seguramente insuficiente para las demandas de España y en cualquier pugna estéril no debe perderse ninguna actividad.
Estos días trabaja en España la Asociación Nacional de Ingenieros Industriales. Sigo de cerca su labor y sé, por lo tanto, todo el espíritu de trabajo, entusiasmo, comprensión y colaboración que anima sus tareas. Seguid ese surco que os trazan vuestros superiores y maestros, llenos, como yo, de noble inquietud…”
El primer plan de estudios que he encontrado publicado después de la Guerra es el de 1948. Como novedades más destacadas se pueden citar la aparición de la especialidad Textil, la introducción de las asignaturas “Electrónica y Alta Frecuencia” y “Cinematografía y Electroacústica” en la especialidad eléctrica.
El sexto curso del plan de 1948 era común para todos los alumnos, siendo cuarto y quinto los de especialización. Las asignaturas de sexto estaban relacionadas principalmente con la Economía, la Administración de Empresas y el Derecho, destacando entre ellas la “Estructura Económica de España en relación con la Mundial”.