CARLOS ABOLLADO ARIBAU

Don Carlos Abollado Aribau nació en Madrid en 1902. Preparó el examen de ingreso en la academia del señor Soto, que después perteneció al propio señor Abollado y al Sr. Hernández del Castillo.

Don Carlos realizó sus estudios de Ingeniería Industrial en la Escuela de Madrid, terminando en 1926, con uno de los mejores expedientes que se recuerdan. Inmediatamente empezó a trabajar en Pavimentos Asfálticos, una filial de la compañía petrolera Shell.

En el año 1932 dirigió el montaje de las fábricas de éter sulfúrico y agua oxigenada de Abelló, en la provincia de León.

Con la llegada de la Guerra ve interrumpida su labor profesional, y al igual que otros muchos compañeros, pasa los tres años de contienda refugiado en la Escuela, en la “Embajada de los Industriales”.

Su inquietud y su carácter emprendedor le llevan a montar una fábrica de pegamentos, tintas y colonias en Madrid, cerca de Peñagrande. Los productos fabricados eran de gran calidad, sobre todo la Colonia 325, que alcanzó un considerable éxito.

Recién terminada la Guerra, en 1941, comenzó su andadura en el Ministerio de Industria al ser nombrado Secretario General Técnico. Don Manuel Abollado (hijo) cree recordar que D. Alfonso Torán le propuso para el cargo. El señor Torán había sido profesor de Don Carlos en la Escuela, y había quedado admirado por su valía.

Desde la Secretaría General Técnica participó en los proyectos autárquicos del INI, como eran por ejemplo las pizarras bituminosas de Puertollano o la deshidratación de alcoholes. Su relación con Don Juan Antonio Suanzes fue siempre muy cordial.

En 1946 el señor Abollado dimitió voluntariamente por desavenencias con el Ministerio. Al salir de aquí comenzó a trabajar en el Instituto de Racionalización del CSIC, y en 1947 ganó la oposición a la cátedra de Fisicoquímica en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, que regentó hasta su jubilación en 1972. Su hijo Manuel recuerda la pasión que sentía por la enseñanza. Todos los días dedicaba religiosamente una hora para preparar la clase del día siguiente y durante el verano investigaba materias nuevas para incorporar a la asignatura y mantenerla moderna.

Los que fueron alumnos de Don Carlos recuerdan la rectitud y severidad que aplicaba tanto en clase como en todas las facetas de su vida.

En 1950 es nombrado gerente de la Asociación de Yuteros de España, que es presidida por el Conde de Godó.

En 1961 publicó mediante el Patronato de la Escuela el libro de texto de su asignatura, bajo el título de Fisicoquímica.

Falleció don Carlos en 1991, pero deja tras de sí una larga familia formada por 7 hijos (tuvo 9), 48 nietos y muchos bisnietos.