ANTONIO COLINO LÓPEZ
Natural de Madrid, nació en el año 1914. Inició sus estudios de Ingeniero Industrial en la Escuela de Madrid en 1931.
Etapa de estudiante y profesor en la Escuela.
Don Antonio comenzó a adquirir fama de buen estudiante gracias a un examen de Mecánica con el profesor Mataix.
El señor Colino acababa de terminar el primer curso, y ese mismo verano empezó a estudiar Mecánica Racional. Al igual que hoy, la Mecánica se enseñaba en segundo. No tenía intención de presentarse por libre en la
convocatoria de Septiembre, sino que estudiaba por gusto. Sin embargo, un amigo suyo le convenció para que se presentara, y así lo hizo.
El profesor Mataix tenía fama de duro, especialmente en las convocatorias libres. Aun así, Colino se sorprendió al recibir la nota de su examen, que esperaba haber aprobado. Con el desparpajo que le caracterizaba habló con Mataix, y le acusó de no saber examinar. El profesor, también enfadado, le retó a un examen oral al que habían de presentarse otros alumnos.
El examen duró cuatro horas, y Colino se defendió brillantemente. Incluso acusó a Mataix de haber copiado en un libro suyo demostraciones de otro libro famoso. La situación no podía ser más tensa, pero finalmente se resolvió a favor del alumno. Los cinco compañeros que también se examinaban se encargaron de difundir la noticia con todo lujo de detalles.
Otra anécdota. En el año 1936, y todavía en la II República, nuestro protagonista se encontraba en quinto curso. La vida política estaba revuelta, y agitaba también el ambiente de la Escuela. El director era Usabiaga, republicano declarado, y que había sido nombrado recientemente Ministro de Fomento (así se llamaba antes al Ministerio de Obras Públicas). Los alumnos habían elegido a Colino representante de alumnos, y como tal, le correspondía moderar las tempestuosas asambleas de alumnos. En una de ellas, la masa de estudiantes decidió que había que pedir la dimisión del director. Según los estudiantes, el director ignoraba la Escuela desde que ocupaba el cargo político. El encargado de llevar el mensaje era, lógicamente, Colino. Curándose en salud, hizo que sus compañeros ratificaran por escrito y uno a uno, la decisión tomada en mayoría.
Firmaron todos menos dos, uno de ellos el hijo de Usabiaga. Aun así, antes de hablar con el director, Colino se entrevistó a primeros de Julio, con el Ministro de Educación. La entrevista fue acalorada, pero no trascendió porque la guerra comenzó el 18 de ese mismo mes de Julio.
Don Antonio fue uno de los primeros que ingresaron en la Escuela durante la Guerra. Fue nombrado jefe del laboratorio de Metalografía, y uno de sus subordinados era profesor suyo, D. Pedro Puig Adam.
Todavía recuerda el señor Colino la primera clase del profesor Morillo después de la Guerra. Era una clase de Electrotecnia, con los alumnos de sexto curso. Don José Morillo rezó un Padrenuestro por los caídos y a continuación dijo: “…y mañana diez páginas del segundo tomo…” . Se ríe al recordar la forma de tratarles, severo y paternal como si fueran niños o jovencitos. Aun así, habla de Morillo como un magnífico profesor, y admira la claridad de sus tratados de Electrotecnia.
Durante el tiempo de guerra Colino tomó mucha afición por la radiodifusión. Devoraba los tratados de “Radioelectricidad”, y a la vez practicaba con válvulas, antenas y circuitos en la casa de un compañero “radioescucha” de la calle Quevedo. Al concluir la Guerra pidió a don José Morillo realizar el proyecto fin de carrera sobre radioelectricidad. Morillo, que era el catedrático, se sorprendió porque esa materia no se enseñaba entonces. El era especialista en corrientes trifásicas, redes de transporte…, en definitiva, instalaciones de potencia. Al principio se negó, pero finalmente accedió. No sólo accedió, sino que propuso a Colino impartir un curso sobre radioelectricidad a sus mismos compañeros.
Don Antonio tuvo éxito, y así es como pasó a ser profesor auxiliar de Electrotecnia. Morillo le llamaba “la hacha” por la forma en que acortaba y simplificaba todas las demostraciones.
En el año 1946 se convocaron oposiciones a la cátedra de Física y Colino trabajó duramente todo el verano. En Octubre fue a hablar con el Director, que era D. Manuel Soto. Le comunicó su intención de presentarse a la Cátedra. Soto le dijo que no lo hiciera, que tenía una “sorpresa”. Iba a crearse la Cátedra de Electrónica, y había pensado nombrarle catedrático por méritos. (Desde 1940 Colino trabajaba en Marconi Española, y en 1946 había sido ascendido a Ingeniero Jefe).
Siendo Colino catedrático de Electrónica, recibió un generosa aportación para la Cátedra. D. Francisco Benito Delgado era un fabricante de material eléctrico que tenía su industria cerca de Chamartín. Consiguió hacer fortuna con el auge de las instalaciones eléctricas. Este industrial se ofreció para pagar un laboratorio entero a la Cátedra, y naturalmente fue muy bien recibido. Hay que tener en cuenta que el material científico era muy caro y muy difícil de conseguir. Las relaciones internacionales seguían siendo dificultosas. Comenta el señor Colino que él a veces conseguía material comprándolo al extranjero a través de Marconi Wireless, y de ésta a Marconi Española.
En la industria privada.
Don Antonio Colino realizó una gran labor en Marconi Española. Esta empresa era la filial en España de Marconi Wireless, la que fundó Marconi en Inglaterra, pues fue allí donde encontró apoyo y financiación.
Ingresó en la empresa muy pronto, recién acabada la carrera. La empresa contaba entonces sólo con cien empleados, y comenzó en ella como Ingeniero de Proyectos. Se jubiló como Director General de 5000 trabajadores.
Al acabar la Guerra Civil, las Fuerzas Armadas Españolas se encontraban con los equipos maltrechos y necesitaban una renovación. Lo mismo sucedía en la Marina Mercante. Marconi Española es declarada entonces Industria de Interés Nacional para que sea el germen del desarrollo electrónico. Por esta razón, Marconi Española, con el permiso de Marconi Wireless, realizó una importante ampliación de capital en la que entró el INI como accionista importante. Posteriormente, en los años 62-63 la multinacional americana ITT compró las acciones del INI.
El gran desarrollo de Marconi Wireless se produjo durante la Segunda Guerra Mundial. En Inglaterra se perfeccionaron los radares y los sonares para detectar los aviones y submarinos alemanes que tanto daño hicieron en aquel país. También se trabajó con la espoleta de aproximación, la comunicación por microondas, y muchas otras novedades.
Mientras tanto, Marconi Española vivía incomunicada. Primero porque los conocimientos que nacían en Inglaterra estaban clasificados, y eran secretos de guerra. Segundo, porque toda Europa había declarado el boicot y la rotura de relaciones con España.
En 1946-47 la II GM había acabado, y además, el extranjero empezaba a restablecer comunicaciones con España. En ese año Marconi Española recibió tal cantidad de información de la empresa matriz, que Colino y sus ayudantes se vieron desbordados. Colino había visitado Inglaterra el año anterior para conocer los últimos avances de la empresa, pero aún así, la documentación les inundó. No sólo por el contenido técnico tan original, sino por los nuevos y abundantes vocablos que habían nacido para nombrar a otros tantos ingenios.
En 1947 se fundó el Instituto Nacional de Electrotecnia, que tuvo como primer presidente a don Esteban Terradas. Colino fue Consejero desde el inicio. Terradas y Colino trabaron amistad. El Presidente propuso al Consejero la minuciosa labor de traducir todas esas nuevas palabras que llegaban desde Inglaterra. El señor Colino realizó la tarea con brillantez, y en reconocimiento ingresó años más tarde en la Real Academia Española de la Lengua.
También por petición de don Esteban Terradas escribió Colino el primer libro en Español sobre Servomecanismos, lo que hoy se enseña en la Escuela como Regulación Automática. Puso como condición que el prólogo lo escribiera Terradas, y así fue. Desgraciadamente, don Esteban no vio el libro publicado, pues murió en la Semana Santa de 1950.
La relación con Artigas.
Colino había sido alumno de Artigas, y cuenta una anécdota de entonces. En un examen de Estadística escribió: “…da igual lo que yo escriba porque nadie va a leer esto…”.
Artigas ya tenía puesto el ojo en don Antonio, y asegura éste que casi con toda seguridad fue el suyo el único ejercicio que leyó el profesor. A parte de este incidente, Artigas siempre mostró gran afecto por Colino.
Ya hemos hablado de la vocación vidriera de Artigas. En el año 1936 Artigas quiso fundar una industria óptica avanzada. Para ello becó a D. José María Otero de Navascués, que era ingeniero de armas navales. Le mandó a estudiar Óptica a Alemania
con la intención de que al volver, éste formara un grupo de ingenieros para su industria. Tal industria acabó convirtiéndose en la Empresa Nacional de Óptica (ENOSA). Uno de los elegidos para asistir a las selectas enseñanzas de Otero fue Colino, por petición de Artigas. De esta forma Artigas hizo que se conocieran dos ingenieros sobresalientes.
Otero y Colino comenzaron así una amistad de la cual nacieron grandes frutos. El más importante de ellos: la Energía Nuclear Española.
Nacimiento de la Energía Nuclear Española.
El 31 de Enero de 1950 se reúne por primera vez el Consejo del organismo que será la Junta de Energía Nuclear. Aunque sólo han pasado cinco años desde que se lanzó la bomba atómica, todos los miembros vislumbran grandes posibilidades en los usos pacíficos.
El Consejo lo preside, aunque sólo por unos meses, don Esteban Terradas, pero los verdaderos promotores son José María Otero de Navascués y Juan Vigón, Jefe del Estado Mayor.
Otero quiso que Colino fuera Consejero desde el principio por varios motivos. Primero, por la gran amistad que siempre les unió desde que Artigas formó su Seminario de Óptica. Segundo, por su reputación científica.
Al poco tiempo de crearse la JEN, el señor Colino empieza a enseñar Tecnología Nuclear en la Escuela. Como todavía no se había incluido esta asignatura en el Plan de Estudios, la explicaba durante el segundo cuatrimestre de Electrónica. Para ello se ayudaba de un magnífico libro, el Glasstone de Ingeniería, que aunque era de un nivel elevado, don Antonio sabía hacer asequible para los alumnos. Posteriormente fue elaborando sus propios apuntes, y un alumno, D. José Luis Hernández Varela se encargó de publicarlos a través de Hidroeléctrica Española en 1956. El libro se tituló “Apuntes sobre física de reactores nucleares” y en él ha estudiado toda una generación de ingenieros que ahora juegan un papel importante en el sector nuclear español.
Los miembros de la JEN saben que necesitan ayuda exterior para hacer brotar la industria nuclear en España. En el año 1954 Otero y Colino viajan a Estados Unidos buscando una cooperación que permita a España mandar científicos que estudien allí Ingeniería Nuclear. En esta visita conocieron a reputados miembros de la Comisión Atómica Americana, especialmente al Almirante Strauss y al mismo John von Neumann. Se hicieron muy amigos de estos dos, y a propuesta de ellos, la Comisión regaló a España el que sería nuestro primer reactor nuclear. Este reactor experimental fue nombrado JEN-1 y se instaló en la Moncloa.
1966 supuso para Colino un punto de inflexión en su carrera. El Ministro de Industria López Bravo quiere que sea Vicepresidente Ejecutivo de la JEN, necesita un hombre que dé salidas industriales a los estudios teóricos de la Junta, y Colino sabe de esto por su función de industrial activo en Marconi. El Ministro pone a Colino como condición que abandone Marconi, justo cuando ITT le había propuesto ser Presidente.
Colino acepta el cargo en la Junta, aunque al principio le pesa el dejar su querida Marconi.
Los ingenieros nucleares españoles vieron la necesidad de emprender tres caminos a la vez: la minería del uranio nacional, la fabricación de elementos combustibles, y la fabricación de equipos nucleares.
Don Antonio Colino tenía obsesión por fabricar elementos combustibles, por varias razones:
- Era una industria relativamente ligera y sencilla. Para él las largas varillas de los elementos le recordaban a los bastidores que Marconi fabricaba para la Telefónica. Al igual que las varillas, los bastidores son elementos de responsabilidad, sometidos a estricto control de calidad.
- Era una industria de alto valor añadido, que necesitaba mucha mano de obra.
- Según Colino, la Tecnología Nuclear está en el combustible, y no tanto en el equipo, que sólo se construye una vez.
- La más importante: sentía pánico ante la posibilidad de que una multinacional extranjera se quedara con el mercado. Colino habló con López Bravo y le comunicó este temor. Había que tomar medidas con rapidez. Don Antonio propuso la creación de una empresa mixta entre el INI y las compañías eléctricas. Así es como se creó Ibernuclear. El Director General del INI era Joaquín Chamorro, y el Presidente de las Eclécticas (UNESA) era Carlos Mendoza. Manuel García Cortines fue nombrado presidente de Ibernuclear, y Colino representante por ambas partes.
Simultáneamente comenzó la minería del uranio, y en Noviembre de 1972 se funda la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA). Esta empresa engloba la minería y la fabricación de elementos combustibles, por lo que desapareció Ibernuclear. El primer presidente de ENUSA fue Javier Sabués, siendo Ministro de Industria López de Letona. Javier Sabués, Ingeniero de Caminos, eligió a Colino como asesor en la fabricación de elementos combustibles.
Actualmente ENUSA desarrolla una labor fundamental en el sector energético español. Fabrica los elementos combustibles de todas las centrales nucleares españolas, excepto la de Trillo. También exporta a numerosos países. La fábrica de elementos se encuentra en Juzbado (Salamanca), cerca de las minas de uranio de Ciudad Rodrigo.
La colaboración en la fabricación de equipos nucleares fue menos directa. Colino tenía amistad con el jefe de la división de reactores nucleares de la potente empresa americana Bechtel, el señor Davis. Le pidió que permitiera a dos ingenieros españoles (Palacios y Granados) tomar documentación sobre temas nucleares sin un orden determinado. Lo contrario supondría millones de dólares. Lo que se pretendía era conocer las especificaciones de los componentes de un reactor y ver las posibilidades de la industria nacional para su fabricación. Así se hizo hasta la creación de Equipos Nucleares S.A.
Colino en las instituciones.
A parte de la pasión por la Electrónica y la Energía Nuclear, don Antonio Colino publicó en 1943 unos breves apuntes titulados Teoría del paro y sus consecuencias para
una política económica. En ellos se trataba fundamentalmente de los trabajos de Keynes (ANII, Junio de 1943).
Esta preocupación por la economía le llevó a ser asesor de Econometría en la Organización Cooperativa Internacional.
Dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, don Antonio fue Presidente del Instituto Torres Quevedo de Física, y uno de los propulsores de la fusión con el Instituto Nacional de Electrónica. A su juicio, ambas ramas de la ciencia no pueden separarse.
Colino es miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y también de la Real Academia Española de la Lengua.
Ingresó en la de Ciencias en 1956 a propuesta de Artigas y del General Ladreda, que era Ministro de Obras Públicas. Su discurso de ingreso se tituló ¿Qué es la materia? (DYNA 1959 pág. 62 y 683).
En 1970 ingresó en la Real Academia Española ocupando el sillón de don Julio Palacios. Recibió tal honor fundamentalmente por haber traducido a la lengua castellana numerosos neologismos y tecnicismos del mundo electrónico. El discurso se tituló Ciencia y Lenguaje (DYNA 1972, pág 72).
Publicaciones y artículos.
- Óptica Electrónica. 1941-42..
- Electroacústica. 1941-42.
- Teoría del paro y sus consecuencias para una política económica. 1943.
- Curso de Radioelectricidad. 1944. Madrid, editorial Dossat.
- Estudio del receptor superheterodino. 1945, Madrid, Dossat.
- Funciones Bessel. 1946.
- Servomecanismos. 1950, Madrid, CSIC.
- Circuitos de microondas. 1952, Madrid, CSIC.
- Teoría moderna de los campos electromagnéticos. 1952-55.
- Apuntes de Tecnología Nuclear, editado por Hidroeléctrica Española.
- Artículo en el que propone una modificación a la fórmula de Shanon para que sea aplicable a mensajes de longitud finita.
Artículos de la revista DYNA:
- La medida de la moderación por el método Heissing. DYNA 1942, pág. 408.
- Recepción múltiple. Septiembre de 1946.
- Una lección de alta frecuencia. DYNA, Noviembre de 1950.
- La investigación en la empresa. DYNA 1973, pág. 87.
- Terminología científica y técnica. DYNA. Noviembre de 1984.