LA TURBINA

Una de las formas más utilizada en la industria para generar energía es transformar la energía mecánica, o el movimiento, en energía eléctrica. Para ello, se utiliza el principio de inducción que explicamos en el funcionamiento de los motores eléctricos, en este caso el proceso es a la inversa.

Para generar el movimiento, debemos utilizar un fluido como agua, vapor de agua o gas para hacer girar la paletas o álabes de una turbina, como si se tratara de un molino de viento. Existen muchos tipos de turbinas, según el fluido que genere el movimiento: en los aerogeneradores, la turbina es la hélice y los álabes son cada una de sus aspas, en la centrales hidroeléctricas se usa la fuerza del agua que atraviesa una presa a mayor altura para mover una turbina hidráulica, en las centrales termoeléctricas se utiliza el vapor de agua generado por la quema de un combustible fósil y en las nucleares, el proceso es similar, pero la fuente de calor son la reacciones de fisión de materiales radioactivos. Es decir, las turbinas se utilizan en casi todos los procesos de generación eléctrica, de ahí su importancia.

Esta turbina se trata de una turbina axial de acción con presión constante en el rotor y montaje en discos de la marca Escher Wyss (Suiza). Su rotor funcionó desde 1949 a 1974 (25 años) en Puentes de García Rodriguez (La Coruña) con otra turbina gemela en una central térmica de 32 MW que consumía lignito (carbón) de la mina a cielo abierto, propiedad de la Empresa Nacional Calvo Sotelo que quería instalar allí una refinería de esquistos (tipo de roca).

Cuando se desmanteló la central, la propietaria de la planta era ENDESA que donó el rotor al laboratorio de Motores Térmicos gracias a la intervención de D. Santiago Sabugal. Fue reformada hace pocos años para su exposición.