JUAN ANTONIO SUANZES FERNANDEZ

¿Por qué aparece aquí la biografía de un ingeniero naval?

Primero, porque el señor Suanzes ha sido el Ministro de Industria más diligente que ha conocido España en toda su historia. Segundo, porque aunque nunca fue alumno ni profesor de nuestra Escuela, su apoyo no se dejó de sentir desde que comenzó su etapa al frente de la industria española en 1938. Con frecuencia asistía a las ceremonias de entrega de títulos, o a las inauguraciones de laboratorios. Su hijo Salvador sí que estudió en la Escuela, y otra hija suya fue la madrina de una promoción.

En reconocimiento a su labor por la Industria, nuestra Escuela le invistió Doctor Ingeniero Industrial “Honoris Causa”, el 13 de febrero de 1976. Este hecho tiene una relevancia especial si consideramos que es el único acto público al que asistió Suanzes después de su retiro. Desde 1963 rechazó todas las invitaciones que se le hicieron. Murió poco tiempo después, el 6 de Diciembre de 1977. 

Don Juan Antonio Suanzes nació en Ferrol el 20 de Mayo de 1891. Su padre, don Saturnino Suanzes tenía una academia donde se preparaban los aspirantes a la Escuela Naval. En esta academia estudió Franco, pero el Gobierno decidió en 1909 suspender los exámenes a la Escuela, y por esta razón se vio obligado a cambiar la Armada por el Ejército de Tierra.

Quien sí ingresó en la Escuela Naval fue don Juan Antonio y con tan sólo doce años. A los dieciocho ya era alférez de navío. Sus primeros destinos están relacionados con la Guerra del Norte de Afrecha. En todos ellos brilló por su diligencia, logrando varias condecoraciones.

En 1915 entra a formar parte del Cuerpo de Ingenieros Navales de la Armada. En 1917 ya es capitán, en 1919 comandante y en 1921, con tan sólo treinta años, teniente coronel.

Seguramente Franco sentía una cierta admiración por Suanzes, ya que su sueño frustrado era haber sido marino. Si además tenemos en cuenta que Suanzes y Franco se conocían desde niños, no es de extrañar que la confianza que el General depositó en él fuera firme y continuada. Suanzes fue uno de los pocos hombres que tuteaban a Franco en vida.

La etapa militar de don Juan Antonio fue muy corta. En 1922 abandonó el servicio activo y en 1932 se retiró definitivamente. Es muy probable que la llegada de la II República chocara con sus principios.

Su primer trabajo como ingeniero civil fue en la Sociedad Española de Construcción Naval, como jefe del astillero que la empresa tenía en el Arsenal de Cartagena. Esta sociedad era filial de la casa inglesa Vickers.

En Cartagena se construían principalmente submarinos y destructores. De aquí pasó a su ciudad natal, el Ferrol, donde comprobó con sorpresa que el 80% de las piezas elaboradas que se montaban en los buques eran importadas. Estas importaciones estaban controladas desde Inglaterra por la Vickers. Al cabo de trece años al frente de la empresa, Suanzes consiguió reducir este porcentaje al 5%.

Inglaterra participaba a través de Vickers en un 40% de las acciones de la Naval, pero los ingleses jugaron muy sucio con la empresa española. En varias ocasiones había ganado
la Naval concursos internacionales para vender barcos de guerra a Brasil y Portugal. Entonces la casa madre inglesa ordenaba a la Naval que se retirase del concurso para que los barcos se fabricasen en Gran Bretaña.

Don Juan Antonio denunció estos abusos constantemente, lo que le sirvió para enfrentarse con la Dirección. El tema de la Naval llegó hasta el Parlamento, pero nunca se tomaron medidas. En 1923 Suanzes abandonó su alto puesto definitivamente, y con mucha amargura.

En 1934 se encuentra Suanzes sin trabajo y con nueve hijos. Crea en Madrid su propia oficina: Estudios, Proyectos y Reparaciones, pero la situación de crisis no le permite mantenerse. Comienza a trabajar en Boetticher y Navarro, donde es acogido calurosamente por la Dirección. Los obreros, sin embargo, no aceptan de buena gana que el nuevo Director sea un militar de carrera.

El ambiente de España durante los primeros años 30 estaba revuelto y se hizo especialmente complicado después de las elecciones de Febrero de 1936. En Junio de ese año se declaró el cierre patronal. Los obreros denunciaban con fuerza la medida, instigados por los potentes sindicatos. Suanzes fue llevado a los calabozos de la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, donde pasó algunos días.

Unos días antes de que comenzase la Guerra Civil recobró la libertad, y al poco de empezar la contienda se refugió en una Embajada extranjera. Nueve meses más tarde se reunió con su antiguo amigo, el General Franco.

Durante el verano de 1937 Suanzes formó parte del círculo de personas próximas a Franco, a quienes se les había encargado la tarea de reflexionar sobre la estructura del nuevo Gobierno. Suanzes presentó un ideario práctico, sencillo, basado en la honradez, en el esfuerzo y en el trabajo.

Después de una temporada recuperando barcos hundidos, Franco le nombra Ministro de Industria y Comercio en su primer Gobierno: 30 de Enero de 1938, la Guerra todavía no había terminado.

Del Ministerio de Industria pasó en 1939 a la Dirección de Construcciones e Industrias Navales Militares. De esta etapa datan los planes de ampliación y modernización de las factorías navales militares, así como las estrategias de construcción naval, que luego el INI se encargó de continuar.

El 25 de Septiembre de 1941 se redacta la legislación creadora del INI. ¿Intervino Suanzes en ella? Probablemente no, aunque indirectamente sí lo hizo. Ya desde su etapa de Ministro en Bilbao había apuntado las líneas maestras de la nueva política industrial. Desde Bilbao pidió al Agregado Comercial en la Embajada de Italia información acerca del IRI (Instituto per la Ricostruzione Industriale) y de la Banca Nazionale del Lavoro. Su intención era reunir información acerca de los organismos paraestatales que “han sustituido la iniciativa privada en Italia”. Entonces Suances pensó en el Banco de Crédito Industrial para llevar a cabo una función parecida a la de los italianos, pero el proyecto no prosperó. Es probable que Hacienda se negara a perder el control sobre el BCI. Sin embargo, el INI español se diferenciaba sustancialmente del IRI italiano. No sólo preveía medios para financiar las inversiones privadas a largo plazo y en condiciones favorables, sino que el INI empleó el poder del Estado para crear empresas estratégicas directamente. Antes de detallar cuál fue el plan de actuación vamos a describir ligeramente las principales características de esta política industrial:

Visión totalitaria: si el INI quería fabricar automóviles, estudiaba y desarrollaba todas las partes del proceso de fabricación. Actualmente no se sigue este camino, pues parece que la producción en masa de las grandes empresas está muy asociada a una profunda especialización.

Lucha contra los oligopolios que crean escasez: a menudo se criticó al INI el que entrara en competencia con los empresarios privados, pero el INI sólo actuaba cuando los particulares no se atrevían a dar el paso. Por ejemplo, cuando se creó ENSIDESA, el INI propuso a todas las compañías siderúrgicas participar en el proyecto. Estas no sólo no secundaron la idea sino que se opusieron, argumentando que no había en España suficiente carbón ni mineral de hierro. Sin duda preferían vivir tranquilamente sabiendo que toda su producción se iba a vender en un mercado subabastecido. El INI tuvo que llevar adelante el proyecto en solitario. Un antiguo catedrático de la Escuela, a pesar de que critica ciertos aspectos del INI, afirmaba que si Suanzes no hubiera creado ENSIDESA, “España sería hoy un país de zulúes”.

Búsqueda de la autarquía: a veces se explica el régimen autárquico que siguió a la Guerra Civil como una consecuencia lógica de la II Guerra Mundial. Sin embargo, de esta manera no se comprende por qué duró tanto el aislamiento. Citando la obra de Schwartz-González:

“Lejos de ser una necesidad, la política de autarquía suponía un despilfarro tanto mayor cuanto mayores eran las escaseces. En un país en el que reinaba el hambre, escaseaba el vestido y faltaba el cobijo, se decidió invertir grandes sumas para que pasado mañana no faltase la gasolina obtenida de las pizarras bituminosas”.

El plan de industrialización previsto contemplaba principalmente dos fases:

  1. Desarrollo de la industria básica para asegurar los abastecimientos de carbón, hierro y electricidad.
  2. Proyectos autárquicos en industrias transformadoras que sustituyeran las importaciones: aluminio, caucho, combustibles líquidos, fertilizantes, electrometalurgia y electroquímica.

¿Qué etapas podemos distinguir en el INI dentro de la gestión de Suanzes?

1942-48. Durante este período casi todos sus proyectos fracasan: la minas estaban esquilmadas, el carbón era muy caro de extraer, las pizarras bituminosas de Puertollano son un pozo sin fondo para la inversión y las empresas de abonos nitrogenados viven pocos años, así como los proyectos para obtener gasolina del orujo y fibras artificiales de la paja de arroz.

1945-63. En 1945 accedió Suanzes al Ministerio de Industria por segunda vez, y en 1946 se fusiona con el de Comercio. Desde este nuevo puesto podía ejercer mayor control sobre los empresarios privados a la vez que tenía mayor disponibilidad de divisas. Durante esta etapa se gestan los grandes proyectos, que son los siguientes:

Electricidad. La producción durante el período que va de 1942 a 1946 se había dirigido principalmente hacia el consumo propio. A partir de 1946, con las restricciones de electricidad, el INI decide intervenir. Por una parte, ofrece a las eléctricas privadas todas las divisas que necesiten para ampliar potencia, y en segundo lugar, comienza a producir electricidad para el consumo general, especialmente con la creación de ENHER en 1946.

Combustibles. En 1949 se creó REPESA (Refinería del Puerto de Escombreras) en colaboración con la petrolera americana Caltex. Este proyecto supuso el inicio del abandono a las teorías autárquicas de los primeros años cuarenta.

Siderurgia. En 1950 se inició el proyecto ENSIDESA, que concluyó en 1958. Esta compañía nació para beneficiar el mineral de hierro y el carbón, bien nacional o extranjero. Consiguió romper el oligopolio siderúrgico que se estaba aprovechando del aislamiento comercial de España.

Automoción. Pegaso deja de fabricar automóviles de superlujo y se dedica a los caminones y autobuses. Se llega a un acuerdo con FIAT y el Banco Urquijo del que resulta SEAT.

Mediados de los años 50: surgen serios problemas políticos con el Ministro de Hacienda Navarro Rubio. Éste reduce la financiación del INI por considerarla inflacionista. En general el Ministro llevó a cabo una serie de medidas partidistas que se derivaban de una interpretación personal de las recomendaciones que hacía el Informe del Banco Mundial. El I Plan de Desarrollo fue la concreción de esta nueva tendencia. El problema empeoró con el nombramiento de López Bravo para la cartera de Industria. Este Ministro apoyó incondicionalmente a grupos privados que tenían contactos políticos en el Gobierno. Suanzes no pudo resistir cuando López Bravo hizo concesiones de refino a grupos privados en colaboración con petroleras extranjeras, y por eso dimitió. Además, el mismo Ministro perjudicó a ENSIDESA frente a la privada UNINSA.

Una vez que Suanzes abandonó el INI en 1963, el Instituto comenzó a perder independencia. Se convirtió en el hospital de empresas perdedoras. Según el principio de subsidariedad, el INI debía ser el colchón que amortiguara las grandes pérdidas y también la institución generosa que privatizara sus grandes beneficios. Como ejemplos de misiones de salvamento ruinosas se pueden citar dos casos: entrada en UNINSA (Siderurgia Asturiana) en 1966, y creación de HUNOSA en 1967 para evitar el cierre de las minas de carbón asturianas más importantes.

También colaboró don Juan Antonio con distintas instituciones, como el Patronato Juan de la Cierva de Investigación Técnica aplicada, y que pertenecía al CSIC. Presidió el Comité español de la Conferencia Mundial de la Energía, y en 1955 creó la Escuela de Organización Industrial. Fue socio de honor del Instituto de Ingenieros Civiles, académico de la Real Academia de Ciencias y miembro de la Association Technique Maritime et Aéronautique de París.

En 1960 Franco le otorgó el título de Marqués de Suanzes para él y sus herederos.

Durante la confección de este trabajo se han realizado múltiples entrevistas con antiguos profesores. Varios de ellos trataron a don Juan Antonio Suanzes. Don Fermín de la Sierra colaboró estrechamente con él para crear la Escuela de Organización Industrial.

Don Ernesto La Porte mantuvo con Suanzes una buena relación por motivos familiares. Ambos coinciden en la gran honradez y honestidad de don Juan Antonio y en su capacidad de contagiar entusiasmo a los que le rodeaban.

Para concluir esta pequeña biografía, me gustaría incluir el siguiente párrafo de la obra de Schwartz-González: 

“Un historiador podrá criticar este o aquél aspecto del ideario industrializador de Suanzes. No hay duda sin embargo de que los hechos parecieron darle la razón a él más que a los pesimistas: en veinte años, de 1940 a 1960 el producto industrial iba a crecer un 150%.

Quizá sea así como haya que recordar la obra de Suanzes: como el reflejo de una fe sin límites en las posibilidades de España.”

El señor Suanzes saluda cariñosamente a D. Adelardo de Lamadrid al recibir el Doctorado Honoris Causa en 1976. Les contempla D. José Antonio Ramos Figuera, el primer Director del Instituto Politécnico de Madrid.